Definición y ciclo biológico
La mosca del olivo (Batrocera oleae) es un díptero que mide unos cuatro milímetros, a la vista resulta más pequeña que la mosca común, es de color amarillo con bandas negras en cabeza y tórax, entre ellas hay una zona blanca y tiene una pequeña mancha oscura muy característica en la punta de las alas. En invierno están debajo de tierra en forma de pupa, para salir a finales de primavera y principios del verano. Se suele indicar el mes de junio como la fecha en la que la mosca actúa, pero según mi experiencia lo que hay que tener en cuenta para su control es la fenología del olivar, es decir, el estado de la planta según la época del año y la climatología. En este caso la mosca va a actuar cuando el fruto de la aceituna resulte más atractivo para su vista. ¿Y cuándo ocurrirá esto? En el período de endurecimiento del hueso, lo cual suele coincidir con esas fechas pero va a depender de las temperaturas, de la fecha en que haya ocurrido la floración, etc. Así que hay que estar muy atentos al desarrollo del fruto olvidándonos del calendario. Cuando veamos la aceituna con cierto tamaño, con brillo y con el hueso ya formándose hay que ir vigilando las picadas. En el caso de variedades de aceituna de mayor tamaño como por ejemplo la gordal hay que tener especial cuidado ya que llamarán la atención y serán atractivas para la picada. La hembra perforará este atractivo fruto para depositar su huevo. Tras ello, la larva nace y se alimentará de la pulpa haciendo una galería con dirección hacia el hueso. Después el adulto saldrá y creará un agujero de salida. En el caso de la aceituna de mesa sólo con la picada las hará despreciables para su venta, aunque ésta no sea fértil y la larva no haga galería pero las dejará deformadas. En el caso de las variedades para aceite, dada su recolección más tardía, el problema será cuando las picadas sean fértiles, hagan galería y bajen sustancialmente la calidad del aceite.
Otro factor clave a tener en cuenta es la temperatura. A partir de 35° se hace complicada la supervivencia de este insecto, por lo que habrá que vigilar cuando las temperaturas estén entre 20° y 30° C ya que son ideales para su desarrollo. Si además hace humedad la mosca estará feliz de la vida y nuestra preocupación deberá aumentar.
Formas de control y tratamiento.
Trampeo
Lo primero que hay que hacer es un seguimiento para ver si tenemos a este indeseado visitante en nuestro olivar. Para ello colocaremos trampas con atrayente alimenticio y/o sexual. Pondremos pocas trampas bien repartidas en diferentes zonas de nuestra finca para tener una imagen significativa de conjunto. Una vez contabilicemos cuántos adultos por trampa y día tendremos datos suficientes para evaluar si hay que hacer o no tratamiento. Esto es fundamental para actuar sólo cuando realmente lo necesitemos y ahorrar así tanto en gastos como en respeto al ecosistema. Tradicionalmente se abusan de tratamientos y se hacen sistemáticamente sin saber si tenemos o no el insecto en cuestión.
En nuestro caso, si detectamos en las trampas de control la presencia de la mosca, y según nuestra experiencia cuando éstas superen los 5 adultos/trampa/día es momento de actuar con el trampeo masivo. Este se hará poniendo unas 10 trampas por hectárea, pero esta cantidad dependerá de las recomendaciones del fabricante y del tipo de trampa usada. También podemos fabricarnos nosotros mismos las trampas para ahorrar en costes. Un tipo de trampa pionera fue la denominada trampa Olipe, que no es más que una botella de plástico pet que reciclemos típica de agua o refresco, la llenamos de agua con fosfato diamónico y hacemos en el tercio superior 4 ó 5 aguejeros para que entre la mosca y quede atrapada dentro. Hay otras trampas comerciales muy efectivas que hemos testado en nuestro olivar, como las que tiene Econex con su Dacusnex Combi que combina atrayente alimenticio y sexual con feromonas, dispone de una lámina amarilla adhesiva a la que quedan pegadas tras ser atraídas.
Control biológico y métodos preventivos de refuerzo del ecosistema
Se ha demostrado en estudios científicos que la planta olivarda (Dittrichia viscosa), una planta aromática y resinosa que crece de forma silvestre aquí, atrae a himenópteros que parasitan a la mosca del olivo poniendo sus huevos en las larvas de la mosca, eliminándolas. Nuestra estrategia ha sido tanto de plantación de olivardas en zonas improductivas como dejando que crezca de forma silvestre evitando su desbroce entre olivos.
También se recomienda el uso del arado en invierno ya que puede matar las pupas enterradas en el suelo, pero nosotros estamos totalmente en contra del arado desde nuestra visión regenerativa ya que perjudica enormemente la salud del suelo por lo que sería peor el remedio que la enfermedad.
Recolección temprana
En aceituna de mesa el problema fundamental lo tendremos en mayo-junio con el endurecimiento del hueso. La recolección temprana en aceituna de mesa es una necesidad ya que por lo general no queremos que el fruto se ponga negro y maduro. Pero en el olivar de aceite lo tendrán en octubre con temperaturas más frescas ya que son variedades que maduran más tarde y se suele buscar una maduración mayor que en la de mesa. En este caso la recolección temprana será un gran método para evitar a la mosca y además obtendremos un aceite con tonos herbáceos y complejos que últimamente se buscan en aceites gourmet aunque tendremos un menor rendimiento del fruto.
Químicos autorizados en cultivo ecológico
En nuestro olivar vamos más allá de la certificación ecológica y no somos amigos del uso de insecticidas. Para el que quiera usarlos está la opción de químicos orgánicos certificados. El producto más efectivo es Spintor Cebo cuyo principio activo es Spinosad. Este químico tiene un cebo o atrayente, se usa fumigando pequeños parches en un 20% de los olivos que servirán para eliminar este insecto. Obviamente el uso de este químico es más agresivo que el trampeo ya que es menos selectivo y mata también a fauna auxiliar.